miércoles, 17 de diciembre de 2008

6.0. EL SANADOR INTEGRAL HA DE SER UNA PERSONA ESPIRITUAL, UN SACERDOTE, UN "CHAMÁN"


HOMEOESPIRITUALIDAD

(Fuerzas Homeopáticas desde la Espiritualidad)


6.0. El Sanador Integral ha de ser una Persona

Espiritual, un Sacerdote, un “Chamán”


Los cuatro últimos siglos de “objetividad” y “cientificismo” intentaron echar fuera del conocimiento a la Metafísica y, por tanto, a la Espiritualidad y a la experiencia de lo divino y trascendente. Pero no se puede desconocer y desmantelar el ser sólo con afanes y razones… Negar el aspecto espiritual del ser humano ha sido negar su esencia misma, su eternidad, sus infinitas posibilidades, su unidad con el Todo, sus más profundos valores y sus más extraordinarias capacidades… Ha sido disminuirlo y enfermarlo… Ha sido restarle oportunidades de Felicidad y Salud Plena… Ha sido dejarle a la deriva, vacío, solo, sin Origen y sin Sentido… Ha sido separarlo de los hombres sus hermanos e incluso de sí mismo… Ha sido alienarlo y fragmentarlo… Ha sido deshumanizarlo y cosificarlo…


El ser humano es Materia, es Alma-Mente-Vida, pero es también Energía-Espíritu… El Verdadero Médico Homeópata, durante el proceso curativo, ha de encontrarse con el Espíritu de su enfermo a través de su propia Energía-Espíritu… Las Fuerzas Espirituales son las Fuerzas Homeopáticas más poderosas, pero también las más sutiles y escurridizas, y no se dejan manipular, ni “controlar”, excepto por Médicos profunda y verdaderamente espirituales… Nadie da lo que no tiene”, y esto es especialmente cierto de las Fuerzas Espirituales de Semejanza… Por eso, una de las grandes tareas en la Formación Médica de un Sanador Integral es el “proceso de espiritualización” de sus estudiantes. Proceso que implica la conciencia y la decisión plenas del alumno. Proceso que está más ligado a intensas experiencias espirituales que a un conjunto de contenidos y doctrinas…


El Sanador Integral ha de ser un hombre auténtica y profundamente conectado con “el mundo de arriba” (lo metafísico y espiritual) para servir de relación de intermediación, de puente, con “el mundo de abajo” (lo físico y material)… Ha de ser un “Sacerdote”, un “ser sagrado” que recibe y comunica poderes de santificación y de perfección, es decir, de Salud Verdadera y Plena[1] –un “Chamán”, en conceptos latinoamericanos-… Un hombre entre dos mundos, enamorado de ambos, comprometido con ambos –pues ambos son uno, están unidos-… Un hombre que sabe que el cielo no será realmente cielo si no asume plenamente la tierra. Un hombre que sabe que la tierra no será realmente maravillosa y completa si no logra asumir totalmente su potencia de cieloUn hombre “entre el cielo y la tierra” que escucha y canta y danza “la música de las esferas


Un ser humano honesto, ético, humilde, generoso, paciente, revolucionario, lleno de esperanza, pacífico, capaz de sacrificio, feliz, comprometido siempre con todos, pero especialmente con los más pobres… pues ser “espiritual”, ser “sacerdote”, no es cuestión de etiquetas o ritos o conocimientos, sino de actitudes y de hechos


Ninguna escuela puede realmente “graduar” en Psicología o en Medicina, pero mucho menos puede hacerlo en Espiritualidad Homeopática. Ningún “plan de estudios”, ninguna serie de contenidos, tiempos o métodos… Sólo la vida misma, los hechos, las experiencias, los resultados, pueden dar testimonio de si un estudiante ha llegado a ser o no un Verdadero Médico-Psicólogo-Luchador Social-Sacerdote[2]… Pero hay que crear las condiciones y oportunidades para que esta transformación suceda; hay que desearla, y crearla, y esperarla, a cada día, a lo largo de los estudios y a lo largo de la vida… Pues el mundo está necesitado y anhelante de estos Nuevos y Verdaderos Sanadores…


Homeoespiritualidad”, por supuesto… Pues aunque teóricamente –“de iure”- toda auténtica espiritualidad es homeopática, en la práctica –“de facto”- existen “espiritualidades” –en realidad “religiosidades”- que resultan no homeopáticas… Se trata de las “religiosidades” regañonas, o represivas, o deprimentes, o castigadoras, o culpabilizantes, o manipuladoras, o dogmáticas, o atemorizantes, o alienantes, o adormecedoras, o castradoras, o hipócritas, o legalistas…


La Homeoespiritualidad, por el contrario, ha sido, es y ha de ser: motivadora, libertaria, gozosa, misericordiosa, aceptante, creativa, abierta, gratificante, liberadora, potenciadora, veraz y congruente, profundamente respetuosa de la conciencia personal


En el rumbo de la Salud Integral y de nuestra identidad como Sanadores Integrales, tal vez ayude recordar esta tarea médica de la Homeoespiritualidad, en dos palabras y en una sigla: El Verdadero Médico ha de ser un Sacerdote Integral (SI) (O, si prefieren: Santificador Integral –SI-, Sacramento Integral –SI-)...


Duc in altum(VVV)

VE más lejos, VE más alto, VE más profundo”

Universidad de la IV República


[1] Véanse las reflexiones sobre esto en el tema “El Verdadero Médico” y también en el tema “El cómo de la curación”...

[2] Esta tétrada conceptual, “Médico-Psicólogo-Luchador Social-Sacerdote”, se explicará más en el tema “La Curación ha de ser también Una”...

miércoles, 10 de diciembre de 2008

5.0. EL SANADOR INTEGRAL HA DE SER UN LUCHADOR SOCIAL


HOMEOSOCIOSOFÍA

(Fuerzas Homeopáticas desde la Sociosofía)


5.0. El Sanador Integral ha de ser un Luchador Social


No sólo el hombre individual está o es intrínsecamente “enfermo”… También como “humanidad”, como sociedad, como conjunto de interrelaciones humanas, hay un proceso permanente de recomposición, de madurez, de evolución, que conlleva “crisis”, “errores”, “malestares”, “malas decisiones” y que simplemente señalan una “Enfermedad Social” que afecta a las personas particulares y que también –y especialmente- hay que atender… A veces un individuo está enfermo sólo porque su sociedad o su entorno están enfermos. Hay desempleo o carencias económicas básicas o marginación social o violencia institucionalizada y eso disminuye o enferma a muchas personas y señala y expresa un “tejido social” que se está descomponiendo y que clama por curación y ayuda…


Según nuestro punto de vista, no existe un término que conjunte, de la manera más armónica y completa posible, las diferentes ciencias o disciplinas que estudian los aspectos sociales, económicos, políticos y culturales del ser humano. Por ello, la Universidad de la IV República propone este concepto: “Sociosofía” (“Sabiduría acerca de lo socio-cultural-económico-político”). En este tema reflexionaremos en torno a la Sociología, la Cultura, la Economía, la Política, la Antropología científica, buscando las Fuerzas Homeopáticas que nos ayuden a sanar y a crecer también como Familia, como Comunidad, como Sociedad...


El Verdadero Médico ha de saber mirar más allá del hombre individual que tiene en su consultorio. Por este hombre que está aquí ha de saber mirar más allá de él, ha de percibir su ambiente, ha de comprender el conjunto de sus relaciones interpersonales, sean familiares, de trabajo, de amistad, de conflicto, de grupo… Su “historia clínica”, hoy más que nunca, ha de contener información y reflexión acerca de sus asuntos económicos, sociales, políticos, etc., pues muchas Fuerzas Homeopáticas de gran importancia surgirán de este aspecto, en la búsqueda de la Paz y de la Salud plenas…


El Sanador Integral ha de saberse y sentirse parte del entorno socio-económico-político de su paciente, ha de empatizar con sus “éxitos” y sus “fracasos”, ha de “visitar” interiormente su casa, su trabajo, su ambiente; ha de “conocer” a sus amigos, familiares y vecinos, así como a las personas con quienes tenga conflictos; ha de solidarizarse con sus preocupaciones y sus luchas en la situación particular social de la que forme parte


Allí mismo en el consultorio, médico y paciente, han de percibir la “herida social” que les afecta a ambos, de la que ambos son responsables, y que necesita de ambos para recomponerse e incluso encontrar un nuevo y mejor “organismo sociopolítico”


Es por eso que, especialmente en esta área de la Medicina, el Verdadero Médico resulta con frecuencia confrontado y transformado, pues descubre experiencialmente que no es un individuo aislado sino que existe en comunión con otros seres, que todo sufrimiento es también suyo, que toda herida le duele también a él y que la persona que tiene delante es su hermana o su hermano, que la Salud es “salud todos” y “salud juntos”; que nos curamos y nos salvamos todos, como sociedad, como Humanidad, o nadie en realidad se cura ni se salva; que tener dinero o bienes “yo” a costa de que otros no lo tengan, no es verdadera riqueza; que tener oportunidades y acceso a bienes y servicios, mientras otros carecen de ello a mí me disminuye y me enferma; que la democracia, la igualdad, la fraternidad, la libertad, un Mundo Nuevo y una Sociedad Nueva empiezan desde mis propios hechos y actitudes


Por este hombre que está aquí, sufriente, pobre, marginado, el Sanador Integral ha de alcanzarse a sí mismo y percibir sus profundas y múltiples heridas y así saberse y experimentarse ese hombre que está allí, sufriente, pobre, marginado


El Verdadero Médico Homeópata, así, se convierte inevitablemente en un Luchador Social, en un “hombre de Izquierda”… Se hace Médico desde la humanidad sufriente y para la humanidad sufriente, desde los pobres y para los pobres… Sabe que su “consultorio” es también la plaza pública y la calle, el mitin y la marcha, y que no sería Verdadero Médico si no reclamara y buscara para todos lo que tiene o requiere para sí mismo… Es un crítico y un rebelde del sistema –cualquiera que este sea- mientras no haya un mínimo de bienestar socio-económico-político verdaderamente para todos


Por razones altruistas y de fraternidad solidaria, por supuesto, pero, sobre todo, por Salud Plena propia, por Felicidad y Plenitud verdaderas, por puro “egoísmo” –“Amor a sí mismo”, en el mejor de los sentidos-… Pues el hombre verdaderamente Sabio y “Sano”, Iluminado y Evolucionado, es el único que no acepta estar sano –le es imposible sentirse sano- mientras exista un solo congénere enfermo… Sólo así, con esta radical urgencia, puede el Sanador Integral ser siempre y por todas partes, al mismo tiempo, un Gran Enfermo y un Verdadero Médico


En el rumbo de la Salud Integral y de nuestra identidad como Sanadores Integrales, tal vez ayude recordar esta tarea médica de la Homesociosofía, en dos palabras y en una sigla: El Verdadero Médico ha de ser un Solidario Integral (SI) (O, si prefieren: Socialista Integral –SI-)...


Duc in altum(VVV)

VE más lejos, VE más alto, VE más profundo”

Universidad de la IV República


miércoles, 3 de diciembre de 2008

4.0. EL SANADOR INTEGRAL HA DE SER UN PSICÓLOGO, UN MÉDICO DEL ALMA


HOMEOPSICOLOGÍA

(Fuerzas Homeopáticas desde la Psicología)


4.0. El Sanador Integral ha de ser un Psicólogo, un Médico del Alma


El “alma” –“anima”- o la “psique” del ser humano es el otro aspecto de su ser que, con grandes luchas, incomprensiones y dificultades, ha ganado ya actualmente un sitio destacado en la Antropología y en la Medicina… Aunque sea como una “hermana menor” de la medicina tradicional, tolerada, menospreciada, concediéndosele un número minoritario entre las enfermedades del ser humano –las “enfermedades mentales”, dicen-, la Psicología ha conquistado un lugar en la mayoría de las instituciones educativas y de salud, en la mayoría de los países…


El Sanador Integral ha de ser entonces también un Psicólogo, no como algo “extra” o “accesorio” sino como algo vital y fundamental en su práctica médica, pues ha de saber mirar y comprender esos aspectos del ser y de la enfermedad no físicos, intangibles, “invisibles”, que su paciente le expresa y le comunica con su palabra, gestos y actitudes, y que, por supuesto, no se encuentran sólo en la esfera “mental” o “emocional” sino en su ser entero…


La “hermana menor”, para el Médico Integral, ha de convertirse en la “hermana mayor” que, al mirar y comprender los aspectos biocorporales de su enfermo, los ve y los entiende como manifestaciones externas de algo más importante y trascendente que está en el interior… Hay una “voz” y una “llamada”, en cada síntoma y en cada enfermedad, que hay que escuchar… Hay un “camino homeopático” que el proceso morboso está señalando para este enfermo, en este momento particular de su historia, que hay que transitar… Hay un proceso de cambio, de evolución, de transformación, que se está significando en el homeodinamismo patológico y que hay que asumir… Y esto es lo que preponderantemente hay que observar, analizar, investigar y descubrir, durante el Tratamiento Integral Homeopático…


Juntos –hay que insistir otra vez-, médico y paciente… El mejor “psicólogo” del paciente es el propio paciente. Él sabe, mejor que nadie, quién es y qué quiere, cuáles son sus límites y sus potencialidades; cuál es el “camino” o el “cambio” que hay que enfrentar… Y habla y se comunica, como un excelente psicoterapeuta de sí mismo, a través del lenguaje que escoge y a través de sus gestos y actitudes –por lo regular en forma “inconsciente”-… Su “consciente” pregunta al médico qué le pasa o qué tiene que hacer, pero si uno, con verdadera actitud homeopática, no se apresura a responder, el “inconsciente” del mismo enfermo empezará a responder a sus preguntas con una gran sabiduría y exactitud… El Verdadero Médico, amoroso y atento, sólo tiene que escuchar, percibir, homeoconectarse con el interior del enfermo, empatizar con él, comprender-gozar-sufrir con él, experienciar la unidad con él, ser-hacerse como él, ser él en solidaridad y semejanza, para despertar las Fuerzas Homeopáticas correspondientes en sí mismo y transmitirlas a su paciente en las formas, tiempos y expresiones más adecuadas…


En Homeoeducación, en Homeofilosofía, en Homeociencia, en Homeopsicología, nadie ha de decidir por nadie, nadie ha de pretender a priori saber las respuestas sobre nada, nadie ha de juzgar o condenar como “bueno” o como “malo” tal camino o tal objetivo, ni como “buena” o “mala” tal decisión o tal respuestaEn cada situación particular el paciente es el único que sabe, él es el responsable de lo que le pasa y de él dependen su curación profunda, su alivio transitorio o su estancamiento crónico… Y, por ello, toda percepción profunda del Sanador Integral, toda Ciencia y Sabiduría, todo amor posible, han de estar no dentro de sí sino en el interior del otro cuando ocurre la consulta auténticamente homeopática


Un “noveno” al menos, entre las Fuerzas Homeopáticas, ha de surgir de esta especialísima comunicación entre las psiques de médico y pacienteCuando, con humildad y generosidad, el Verdadero Médico logra interconectarse con su enfermo, de interior a interior, de alma a alma, de corazón a corazón, frecuentemente comienza ya la Iluminación o la Curación, aun antes de que se haya decidido qué medicamento homeopático es más adecuado a esta patología en particular… El paciente, en estos casos muy frecuentes, revela y refleja durante la comunicación homeopática que “se siente mejor”, que “desde que comenzó a hablar con el médico sus molestias comenzaron a disminuir”…


En el rumbo de la Salud Integral y de nuestra identidad como Sanadores Integrales, tal vez ayude recordar esta tarea médica de la Homeopsicología, en dos palabras y en una sigla: El Verdadero Médico ha de ser un Sicoterapeuta Integral (SI) (O, si prefieren: Sicólogo Integral –SI-)...


Duc in altum(VVV)

VE más lejos, VE más alto, VE más profundo”

Universidad de la IV República